viernes, 29 de agosto de 2014

Pista 10: Trains

Trains, de Porcupine Tree - también llamados cuatro chicos que consiguen sorpenderme con casi cada acorde. Inspira a pensar algo grande. A emprender algún tipo de extraña aventura, o al menos, a mirar tu propia existencia con el enfoque apropiado para que te dé vértigo, vértigo por todo lo que has hecho y, sobre todo -especialmente a mi edad-, por lo que te queda por hacer. Anima a la pasión, a la búsqueda, a seguir, a lo misterioso, a lo solitario a la vez que a lo compartido. A reír y a esos momentos de reflexión que todos, ocultos o no, tenemos.
La canción está conformada por diversos elementos. En mi opinión, la base del tema es la guitarra acústica, y su riff, que introduce el ambiente que quiere crear la canción. De hecho, empieza sin bajo ni batería, en un formato totalmente acústico, devolviéndonos un sonido muy verdadero: el de la guitarra acompañando una voz, que me gusta definir como etérea. La voz es un elemento que me parece especialmente curioso en esta y otras canciones de Porcupine, es realmente peculiar. Pasado aproximadamente un minuto, se incorporan de golpe las eléctricas, la batería y el bajo; igual que si se tratara de una pequeña explosión, llevando la canción a esa atmósfera aventurera a la que me refería antes. Para entonces, la canción, pese a conservar su peculiaridad, pasa a ser más rock, así que, como no, aparece un primer solo de guitarra. Después de ese solo, la canción, en brazos de unos coros vocales que realzan el ambiente, se ve llevada a otra fase, que se podría clasificar como un segundo solo de guitarra, y, después de recuperar otra vez el acústico, llega el final: derroche de sonido, de intensidad, electrificante. 
Pese a esa descripción, lo que verdaderamente la hace una canción única, vibrante, son los pequeños detalles, que me ahorraré describir con palabras: escuchar para creer. Descubrir esa parte de vuestra cabeza que se suele usar tan poco, llamada ansias de volar, libertad, imaginación. 

P.D. Gracias por descubrirme esto, Synesthetic. Me has hecho un favor grande.



domingo, 24 de agosto de 2014

Cambiemos.

Cambiemos. Retomemos esto.
Puedo decir, sin riesgo a equivocarme, que mis horizontes musicales se han ampliado considerablemente desde la última vez que me dejé caer por aquí: no es que escuche menos rock, que sigue siendo primordial para mi supervivencia, sino que, verdaderamente, ahora puedo pasar muchas más horas escuchando muchísimos otros estilos. Plataformas y aplicaciones como Spotify o, en enorme medida, 8tracks, me dan la oportunidad de descubrir cosas totalmente alucinantes, y eso crea una cadena que me lleva a extremos con suma facilidad, y a apreciar cada vez más los matices -que, en el fondo, son lo que importan-. Sin ir más lejos, en las últimas veinticuatro horas, he escuchado jazz, country, heavy metal, death metal, música alternativa y rock español y catalán, a parte de, por supuesto, los géneros que antes llamaba imprescindibles (rock, y, especialmente, hard rock y rock progresivo).
Esto ha hecho que me plantee con un mínimo de voluntad el reformar este blog, y, como decía en la primera frase, retomarlo. Realmente confío en que puede ser un proyecto muy interesante, así que supongo que lo llevaré a cabo (en mayor o menor medida).
Me gustaría pedir a cualquier persona que acabe aquí que no cierre su mente. Yo misma he tenido momentos en los que consideraba como intpferior a cualquier cosa no cantada en inglés, o que no correspondiera a los ritmos, escalas y demás elementos propios del rock. Completo error. Me permito el lujo de dar este pequeño consejo (que, por supuesto, no debería tener ninguna repercusión seria sobre el lector).
El hecho es que, bueno, voy a intentar sacar esto del barro. Si lo consigo, ya me lo contaréis.